miércoles, 13 de enero de 2010

PERDEMOS TODOS

A pesar de los malos augurios y un marco socio-económico complicado, este período de sesiones parlamentarias, ha sido aceptable para el Grupo parlamentario Socialista en el Congreso. Si por el resultado de las votaciones lo midiésemos, solo el 0´8% de las más de 1.400 realizadas, han tenido un resultado contrario; si fuese por el número de leyes y transcendencia de las mismas, ahí están la ley de financiación de CC AA, la llamada Ley del aborto (de salud sexual y reproductiva ), la de Presupuestos, la ley ómnibus, la de mantenimiento y protección de personas desempleadas-etc, y si la medida es el papel en que queda el principal grupo de la oposición, la valoración no puede ser más desastrosa para ellos, porque el aislamiento de sus propuestas y de su política lo refleja objetivamente el resultado de las votaciones.

¿Tan dispares son las propuestas que obligan al PP a no votar con grupos de la burguesía nacionalista como el PNV ó CIU que fueron sus aliados en otra época? La verdad es que no, el problema no está en el contenido sino en la estrategia política de cada uno, mientras para las minorías nacionalistas o de izquierda el debate parlamentario sirve para marcar posición y mejorar las leyes en función de su ideología y sus votantes, para el PP, eso es secundario; todo se subordina a la vuelta al poder cuanto antes, y en esa estrategia todo vale para desgastar al Gobierno, utilizando cualquier problema, obviando las dificultades del país y creyendo que el triunfo les llegará por el agotamiento del adversario.

Para ello construyen trifulcas de desgaste interno y desprestigio internacional con casos como el secuestro del atunero Alakrana, la huelga de hambre de Aminatu Haidar, el secuestro de tres cooperantes en Mauritania, el mantenimiento de tropas en Afganistán, el espionaje a sus líderes políticos por ellos mismos, amén de los consabidos problemas derivados de la crisis económica y el incremento del paro que jalean y utilizan tan ruidosamente aunque lo único conseguido hasta ahora es más miedo al futuro y más desprestigio de la política y los políticos. Esta es la parte más negativa de este período de sesiones, porque la confrontación por sistema, el cuanto peor mejor que transmiten, deja al descubierto sus carencias de alternativas y la subordinación del interés general al del partido. Que entre los principales problemas de España el CIS de noviembre y diciembre recoja "la clase política, los partidos políticos" en tercer lugar, debería hacernos reflexionar: porque esta derivada no es fruto solamente de la corrupción, que la hay, sino de otros factores como la confrontación sistemática y la falta de encuentro para encarar la crisis.

Para mí esa valoración no se circunscribe al ámbito estricto de la política institucional, sino a la desafección del ciudadano en instituciones, sociedad civil, medios de comunicación- La exigencia de respuestas a los políticos, de comportamiento coherente a los empresarios, de protección y defensa de los derechos de los trabajadores a los sindicatos y de responsabilidad informativa a los medios de comunicación, aunque legítima, se hace muchas veces porque no queremos o no sabemos responsabilizarnos en la parte alícuota de culpa que tenemos con la crisis y con los compromisos en su recuperación. Siempre es más fácil responsabilizar a otros de las cosas que van mal.

Este desprestigio de la política y de la sociedad civil es un campo de minas para el presente y también para el futuro. En este marco, resulta necesario atajar esta situación, primero porque queda demostrado que perjudica a todos, devalúa la política cuando más falta hace y agudiza la desconfianza que es el peor enemigo de la recuperación; segundo porque en este ambiente se están saltando límites que hasta ahora habían respetado; la campaña de desprestigio contra los sindicatos, por no confrontar contra el Gobierno, que hacen algunos dirigentes del PP, es una temeridad que puede perjudicar a las empresas y de rebote al país. Además ¿es que piensan prescindir de ellos cuando gobiernen?.

Tal vez el motivo para desacreditarlos esté en ir infravalorando los posibles acuerdos en el futuro diálogo social, aprovechando que la CEOE está "tocada" por los problemas de su presidente en estas últimas semanas con Air Comet, Caja Madrid y la deuda a la Seguridad Social; de ser así, perdemos todos.

(Publicado en El Periódico de Aragón, el 10/01/2009)