Antes que nada, me gustaría reconocer a todos aquellos que entréis en este blog mi absoluta bisoñez en el mundo digital. Los blogs me llegan en un momento en el que ya cuesta intentar hacerse con algo tan novedoso y hasta cierto punto revolucionario como esto, una herramienta que permite expresarse de una forma tan libre como abierta. Aunque quizás es esto último lo que más despierta mi interés: la posibilidad de poder expresar una opinión sin cortapisas, en el momento que me parezca más oportuno, y permitiéndome ciertas licencias que no pueden ser evitadas cuando te expresas en medios de comunicación tradicionales
Así pues, si las nuevas tecnologías suponen un acercamiento entre las personas, bienvenidas sean.
Yo, de momento, me conformo si me sirve para transmitir cuanto aprendí este lunes, cuando visité la Fundación Aspace de Atención a los Discapacitados. Sinceramente creo que todos, políticos y no políticos, deberíamos visitar de vez en cuando un centro de este tipo, en el que entre otras cosas, descubres personas admirables, tanto entre el personal como en los usuarios. Descubres también historias de superación personal, que te hacen afrontar la vida con mejor talante. Además, considero que también es necesario conocer in situ la realidad de estás personas, que como tu y como yo tienen alegrías, penas, días buenos y días malos y en este caso, una necesidades de atención especiales. Estar cerca de ellos puede hacer que luego, a la hora de legislar, sepamos con certeza que es lo que nos demandan.
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