miércoles, 14 de octubre de 2009

Los Presupuestos Generales del Estado de 2010

El guión está escrito, igual sirve para criticar la venta de acciones de GM a Magna que para justificar la trama Gürtel, el secuestro del atunero Alakrama o los Presupuestos Generales del Estado del próximo año: la culpa es de Zapatero. El Presidente del Gobierno está en la diana del desgaste político y todo vale con tal de hacerlo, hasta las mayores simplezas; el bochorno por decir públicamente y justificarlo después en el Congreso, que el responsable de la compra de Magna es Zapatero, no se lo deseo a nadie.

Por eso, hablar de presupuestos a los pocos minutos de presentarlos, descalificándolos, forma parte de este guión, la utilidad de hacerlo así no es otra que marcar criterio, arrastrar opiniones y poner muy difícil que se abra paso cualquier otra valoración más sosegada y objetiva. Si además esta valoración es negativa y en clave de agravio territorial, el trabajo está hecho: eso que lo practica no sólo la oposición política habitualmente sino el "poder mediático" de nuestra comunidad, en este caso es perjudicial para todos.

Primero porque no encuadra claramente estos presupuestos en clave de crisis económica, de ajuste de gasto, de limitaciones en los ingresos por el frenazo de la actividad económica; el papel didáctico que ello conlleva para con otras instituciones y empresas se difumina entre el hormigón de las más o menos inversiones previstas, que es lo único valorado.

Segundo porque sacando a las personas de los números con valoraciones sólo en clave de obras y proyectos nos quedamos en un debate vacío; al ciudadano normal ¿qué le garantiza, cuál es su protección social, se amplía, es suficiente?

Son presupuestos que marcan un eje prioritario, mantener la cohesión social en un país en crisis. Con estos presupuestos se dice que en una época como esta, un Gobierno socialista garantiza y aumenta la protección social (el 52% de todo el presupuesto es para ello) cinco billones de las antiguas pesetas, garantizan la prestación por desempleo del 80% de los parados y cerca de quinientas mil desempleados que la han agotado recibirán 420 euros durante seis meses. Cerca de trescientos mil aragoneses van a beneficiarse: mujeres, parados, familias, pensionistas jóvenes, estudiantes, personas dependientes. Esta apuesta política es la determinante. Este gasto no se puede dar por garantizado desde el momento que hay críticas al endeudamiento, al incremento de ingresos con mayores impuestos y a los recortes en algunas partidas. Detrás de estas afirmaciones están las restricciones al gasto en protección social. El día que Rajoy nos diga con claridad sus propuestas para hacer frente a la crisis, lo comprobaremos. El ejemplo de los conservadores ingleses a través de su candidato David Cameron es muy claro: "más individuo menos estado" (justo la máxima que ha llevado al mundo a la crisis), incrementar la edad de jubilación y reducir el gasto social (percepción por desempleo, sanidad, educación, pensiones-).

En tercer lugar, el modelo de crecimiento económico que estos presupuestos orientan se basa en el incremento de infraestructuras de transporte y el mantenimiento de fuertes inversiones en investigación y desarrollo que posibilite una economía más competitiva y estable, con mayor valor añadido y un componente laboral basado en la cualificación y la productividad.

Los 634 millones para Aragón suponen además de un incremento de casi el 6% para los ferrocarriles y carreteras previstos, garantizar obras o avances de proyectos en los grandes ejes, con fuertes inversiones allí donde se puede.

Estas inversiones son importantes y están en marcha, podemos debatir la rapidez en su ejecución, pero valorando todo, la lentitud técnica, los trámites a seguir, la cantidad de directivas a aplicar, hasta el compromiso con la tierra del gobernante de turno, pero nadie podrá negar que las reivindicaciones históricas desde hace 25 años están en estos momentos dibujadas en los números del presupuesto.

EL RETO está en el futuro y eso pasa por la revisión del Plan Estatal de Infraestructuras de Transporte (PEIT), donde deberán aparecer nuevos proyectos que sigan vertebrando territorio, que acerquen comarcas (Ejea, Tarazona, Caspe, Cuencas Mineras, Maestrazgo, Graus-) que fijen población.

Por último, los números actuales, con expectativa de mejora a través de algunas enmiendas, superan los 1.090 millones de euros, respecto de los anteriores merman 112 millones coincidentes con las aportaciones del Estado a la Expo 2008 que se realizaron ese año. Para mí lo más importante no está en el mayor o menor incremento, sino en la configuración del mapa de infraestructuras que poco a poco se plasma y en seguir apostando por ello.

Si analizamos las inversiones de los últimos años de forma retrospectiva, vemos cómo esta tierra es la séptima en inversión con cerca de 12.000 millones de euros.

Seguir con este esfuerzo inversor es la apuesta, valorarlo sería lo justo, porque a veces las descalificaciones sistemáticas trasladan al ciudadano una imagen del estado y el uso de los recursos públicos frívola y caprichosa, que sólo transmite desconfianza y miedo al futuro muy poco útil para el tiempo en que estamos.

(Publicado en El Periódico de Aragón, el 10/10/2009)

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